Los peatones aprovechan el espacio de la zona del Muro para asegurar la distancia social. / DAMIÁN ARIENZA

Critican tanto la nueva restricción del Muro como el cierre de Claudio Alvargonzález pues, advierten, «hacen dar demasiado rodeo»

MARLA NIETO GIJÓN.

Si un gijonés solicita el servicio de un taxi para que le vaya a recoger, por ejemplo, al restaurante El Planeta, y su destino es La Calzada, se encontrará con que el conductor le llevará por todo Cimavilla hasta salir al Náutico y allí ya tomar la dirección. Antes, daba la vuelta por Claudio Alvargonzález para continuar por el Muelle de Oriente, Rodríguez San Pedro… Pero ahora Claudio Alvargonzález y el Tránsito de las Ballenas son peatonales.

Esto supone una desventaja para el colectivo de taxistas por dos motivos: «El firme de Cimavilla, que es todo piedra, desgasta las ruedas. Además, al dar más rodeo, encarecemos el servicio al cliente. Es un despropósito, nos están perjudicando», explica Santiago Muñoz, de TaxiEs Gijón.

Los taxistas comprenden el malestar que ya empieza a aflorar entre los clientes. «La gente va a optar por otras formas de moverse, que, en realidad, es el objetivo. Nosotros perderemos bastantes clientes de un núcleo donde solíamos tener muchos», apuntó Faustino Roque, de Radio Taxi Villa de Jovellanos.

Sobre el cierre del acceso de Rufo García Rendueles, en el Muro, hay opiniones dispares. Los taxistas, como conductores que son, se ven también bastante afectados porque, de nuevo, deberán rodear. «Tener que ir por las avenidas de Castilla y de la Costa, encima esta última con un nuevo carril bici, yo no lo veo. Si ya antes se saturaban, ahora va a ser mucho peor», lamenta José Álvarez Cotarelo, presidente de la cooperativa Radio Taxi Gijón.

Los repartidores no consideran que les vaya a impactar tanto la provisional peatonalización del Muro porque, según Francisco Alonso, empleado de la empresa Fruasa, «ya antes no circulábamos por ahí. Al estar el carril bici no podíamos ni parar siquiera, entonces no nos influye tanto». Lo que solicitan de forma generalizada es «más puntos donde poder parar para hacer nuestro trabajo en el interior de la ciudad sin molestar». Los habituales del paseo están, en cambio, «encantados» al poder tener más espacio para guardar la distancia de seguridad.

El edil de Movilidad, Aurelio Martín, aseguró ayer que «no se tomará una decisión definitiva sobre el Muro hasta ver cómo afecta al transporte escolar»./El Comercio